Hola todos



Os doy la bienvenida a este nuevo blog, que sólo pretende ofrecer relatos de calidad a los lectores y alguna que otra cosa que irá surgiendo.



Espero que lo disfruteis, y agradezo de antemano a todos vuestros comentarios y participación. Saludos



22 de marzo de 2012

El aniversario

Se aventuraba un día nublado como tantos otros a los que nos habíamos acostumbrado últimamente.
Ninguno quiso anticipar el día que amanecería este 16 de junio, tras 23 años juntos, el miedo a dejarse llevar por la corriente estos últimos años, anticipaba mas una despedida que un reencuentro.
Pero…..
Cada uno por su lado pensó que tal vez esta vez seria diferente, son muchas las cosas que han cambiado en estos últimos meses.
Han sido muy duras las constantes lagrimas de ella y la impotencia de él por consolarla, ambos conocedores de la razón de esa situación.
Durante todo el día cada cual fue preparando su reencuentro sin el conocimiento de que el otro estaba haciendo justo lo mismo.
Él se había relajado lo suficiente para no estar cansado y poder conseguir sin problemas estar a la altura que ella necesitaba, se había duchado con el gel que tanto le gusta a ella, “chocolate”, se había afeitado a conciencia para recorrer hasta el ultimo centímetro de su piel con la suavidad de una pluma, y se había echado el perfume preferido de ella, a pesar de que el nunca se perfumaba, había acomodado sabanas de seda en la cama y encendido velas como única luz de una habitación que pretendía ser el comienzo de una vida nueva.
Un reencuentro que ponía punto final a todo lo pasado hasta ese día, en el que empezarían de nuevo olvidando todo el pasado.
Por su parte ella, se había dado un largo baño de eso que le gustaban tanto, donde se le pasaba el tiempo sin darse cuenta, disfrutando únicamente del agua en su cuerpo, esa agua que lo limpia todo, que la tranquiliza, que la hace ser consciente de su cuerpo, de su sexualidad, de sus fantasías y de sus ganas de sentir tanto tiempo olvidado.
Igualmente se había bañado con el gel de chocolate que tanto le gusta y después se había masajeado todo el cuerpo con aceite, despacio, sintiendo cada caricia de su mano al recorrer su cuerpo, tomándose todo el tiempo del mundo, únicamente disfrutando de ese instante en el que su piel se preparaba para sentir como nunca lo había hecho antes.
Sin secarse empego el mismo rito con la crema corporal, igualmente de chocolate, tenia claro que esa noche tendría que ser todo sentido, olfato, tacto, vista, oído y gusto.
Tras terminar lo que podría llamarse un rito, por la delicadeza y suavidad con que lo realizó, se puso el conjunto de ropa interior que había comprado para la ocasión, un vestidito ceñido que resaltaba sus curvas ahora mas pronunciadas que nunca por su delgadez, conjuntado con unas braguitas transparentes por detrás, que dejaban medio ver, invitando a adivinar ese culillo respingón que a él tanto le gustaba mirar mientras se excitaba solo de imaginar tenerlo entre sus manos, mas cuando sabia que a ella, el hecho de que él se lo agarrara fuerte, casi haciéndole daño pronunciaba más la excitación de ella. No podían faltar unas medias con encaje de liga, haciendo el conjunto mas sexual si aún cabía.
Ella se sorprendió de encontrar la habitación cerrada y mas aun cuando al abrir la puerta se lo encontró sentado en al cama con dos copas de sidra, a ninguno de los dos les gustaba el champán, un platito de fresas intercaladas de unos pequeños bombones de chocolate negro, como a ella le gustaba comer siempre que hacían el amor, después de tanto tiempo el seguía recordándolo.
El climax era perfecto, luz de velas, copas llenas, fresas, chocolate, sabanas de seda y para amenizar la canción que le regaló en un San Valentín, “Hasta mi final”.
Igualmente, él no supo que decir al verla aparecer tan seductora, tan sexy, con esa mirada de picardía que hacia mucho que había dejado de contemplar, insinuante, invitándole a perderse en una de sus fantasías.
Los dos sentados en el borde de la cama brindaron por el comienzo, en sus ojos podían leerse todo lo que callaron para darse esta última oportunidad.
Tras beber su primer trago él la tumbó sobre la cama, donde salvo las sabanas sólo había un largo pañuelo de seda blanca, el cual colocó con delicadeza sobre los ojos de ella, invitándola por primera vez a sentir todo de una manera diferente, despertando sus sentido y su nerviosismo al no poder adivinar cada paso que daría él.
Delicadamente le ató lo tobillos a la cama, he igualmente hizo con las muñecas, se tomo su tiempo, comprobando que despertaba en ella una respiración mas acelerada a la par que encendía su deseo, hacia demasiado tiempo que había dejado de conseguirlo.


Recorrió todo su cuerpo por encima de la ropa, con suavidad, haciendo receptivo cada poro de su piel, busco que ella adivinara que todo seria así, suave y delicado, pero no, esa noche él estaba dispuesto a hacer realidad una de sus fantasías.
Una vez consideró que la tenia encendida como las velas que iluminaban toda la habitación, le bajó la cremallera del vestido y al comprobar que los tirantes eran los únicos que impedían poder quitárselo, los rasgó con un simple tirón, con las braguitas hizo exactamente lo mismo, dejándola sobre la cama con las medias y el pañuelo de seda como únicas prendas.
Fue recorriendo su cuerpo con cada una de las fresas, para llevarlas a su boca con la suya, prolongando cada intenso beso con el jugo que rebosaba, intercalaba sin ninguna regla un trozo de chocolate que terminaba poniendo su boca como la de un niño disfrutando un helado, los cuales lamia juguetonamente al mismo tiempo que procedía a mordérselos, continuando los pechos hasta llegar a los pezones, donde se tomaba su tiempo para jugar con el piercing hasta hacerla sentir una mezcla de placer y dolor.
Oyó ruido que no adivino, había sacado la caja de los juguetes que tanto le gustaban a ella, tenia ya una interesante variedad, de entre todas eligió dos, una mariposa y un consolador.
La perreo hasta que los temblores fueron imposibles de controlar, haciendo cada vez más alto y forzado su ritmo cardíaco y su respiración.
Hizo oídos sordos a las suplicas de ella por dejarla tener su primer orgasmo, provocando tal estado de ansiedad, que parecía una adicta pasando el mono.
La desató para volver a atarla pero esta vez boca abajo. La espera era un auténtico infierno, desde luego había despertado todos sus sentidos. Nunca antes había deseado tanto ser penetrada, pero aún le tocaba esperar mas….
Esta vez se concentró en su culo dándole mordiscos y azotes, mezclando el placer con el dolor.
Empezó a jugar con los juguetes, que entre el lubricante y la humedad de la excitación, no encontró ningún obstáculo para introducirse por su ano, haciendo más desesperante que nunca el deseo de ser penetrada y tener su primer orgasmo…


Le pidió levantar ese culito todo rojo por los bocados y azotes si quería ser penetrado de una vez, era desesperante intentar levantarlo con las muñecas y los tobillos atados, era tal el esfuerzo que se volvía doloroso….pero su deseo era aun mayor….
Justo cuando creía que no podría sentir mas placer, la penetro a la par que jugaba con la mariposa sobre su clítoris.
El orgasmo fue explosivo como nunca antes lo había sentido, fueron tantas las ganas, esa mezcla de placer y dolor al tener el culito lo bastante levando para poder ser penetrada, que sintió que por primera vez perdería el conocimiento de tanto placer como le estaba dando por primera vez, pero se equivocaba, detrás del primero vino un segundo, un tercero, y cuando pensó que ya no podría mas, llego el cuarto y final fundiendo el orgasmo de los dos en uno solo.
Hoy por fin ha ganado la guerra, después de perder tantas batallas.
Hoy por fin me ha ganado, por su constancia, por su apoyo incondicional y por su amor, su gran amor.
Que tan ciega estaba para no verlo.